¡En Su Nombre, el Exaltado, el Todo-Supremo, el Más Sublime!
Glorificado eres Tú, ¡Oh Señor mi Dios! Oh Tú que eres mi Dios, y mi Maestro, y mi Señor, y mi Apoyo, y mi Esperanza, y mi Refugio, y mi Luz. Te pido, por tu Nombre Oculto y Atesorado, que nadie conoce salvo Tú mismo, que protejas al portador de esta Tabla de toda calamidad y pestilencia, y de cualquier malvado, sea hombre o mujer; del mal de los malhechores, y de la intriga de los descreídos. Presérvale, además, oh mi Dios, de cualquier dolor y aflicción, oh Tú que posees en Tu mano el imperio de todas las cosas. Tú, verdaderamente, eres poderoso sobre todas las cosas. Tú haces lo que deseas y ordenas como Te place.
¡Oh Tú, Rey de Reyes! ¡Oh Tú bondadoso Señor! ¡Oh Tú Fuente de antigua generosidad! ¡Oh Tú Fuente de gracia, de generosidad y dádiva! ¡Oh Tú Sanador de enfermedades! ¡Oh Tú Satisfacedor de necesidades! ¡Oh Tú Luz de Luz! ¡Oh Tú Luz por sobre todas las luces! ¡Oh Tú Revelador de toda Manifestación! ¡Oh Tú el Compasivo! ¡Oh Tú el Clemente! Ten misericordia del portador de esta Tabla, mediante Tu más gran compasión y Tu abundante gracia, ¡Oh Tú el Indulgente, Tú el Generoso!. Guárdale, además, mediante Tu protección, de todo lo que su corazón y mente puedan considerar repugnante. De aquellos dotados con poder, Tú, verdaderamente, eres el más poderoso.
La Gloria de Dios descanse sobre ti, ¡Oh tú sol naciente! Atestigua lo que Dios ha atestiguado de sí mismo, que no hay otro Dios fuera de Él, el Todopoderoso, el Bienamado.