¡Oh mi Dios, Tú que conduces al buscador hacia el camino recto, que rescatas al alma ciega y extraviada de los páramos de la perdición; Tú que confieres a los sinceros grandes dádivas y favores, que proteges a los temerosos dentro de Tu inexpugnable refugio, que respondes desde Tu altísimo horizonte al lamento de aquellos que Te elevan sus súplicas! ¡Alabado seas, oh mi Señor! Tú has rescatado a los distraídos de la muerte de la incredulidad, y a los que se acercan a Ti los has llevado hasta la meta del viaje; a los que tienen certeza de entre Tus siervos los has alegrado concediéndoles sus más preciados deseos, y, desde Tu Reino de Belleza, has abierto ante la faz de los que Te anhelan las puertas de la reunión, y los has salvado del fuego de la pérdida y la privación, de modo que han corrido hacia Ti, han alcanzado Tu presencia, han llegado a Tu puerta acogedora y han recibido una porción abundante de dádivas.

¡Oh mi Señor! Estaban sedientos; Tú acercaste a sus labios resecos las aguas de la reunión. ¡Oh Señor de Ternura! ¡Oh Donador! Tú calmaste su dolor con el bálsamo de Tu munificencia y Tu gracia, y curaste sus dolencias con la medicina suprema de Tu compasión. ¡Oh Señor! Haz firmes sus pasos en Tu recto sendero, agrándales el ojo de la aguja y haz que, ataviados con mantos reales, marchen gloriosos por siempre jamás.

En verdad, Tú eres el Generoso, el Eterno Dador, el Preciado, el Más Generoso. No hay otro Dios más que Tú, el Fuerte, el Poderoso, el Exaltado, el Victorioso.

‘Abdu’l-Bahá

App icon
Bahá’í Prayers
Get the app
font
size
a
theme
Day
Night
font
Sans
Serif
share prayer
translations
App icon
Bahá’í Prayers
Get the app